El ambiente ya sabía lo que venía. Rosalía volvía al Lolla Chile, ya no como un número de media tabla, sino que como una de las atracciones principales del lineup, gracias a su consagración en todo el mundo con su último disco de estudio lanzado el año pasado, 'Motomami'. Disco que, justamente, estaba de aniversario aquel sábado.
El público la ovacionó desde el primer minuto en que la hispana pisó el escenario, por lo que entró de local y ahora sólo quedaba disfrutar de todo. 'Saoko' y 'Bizcochito' fueron los dos primeros temas que incendiaron el Banco de Chile Stage, y es que Rosalía sabe que se puede dar el lujo de tirar dos de sus mayores éxitos al inicio del show porque su discografía así lo permite. Posteriormente, sonaría 'La noche de anoche', donde la artista bajó del escenario y se dirigió a cantar con el público en las rejas, como se ha hecho una costumbre en sus presentaciones.
La española regaló un setlist de 20 canciones en casi 75 minutos de espectáculo, donde pasó de la fiesta, al pop experimental y a una etapa llena de sentimentalismo, con el que dejó extasiado a las miles de personas que no se movían de sus lugares que habían conseguido. Y es que no era para menos, ya que estábamos siendo testigos de uno de los mejores shows de los últimos Lollapaloozas en suelo nacional.
Porque eso queríamos destacar. El apartado técnico que llevó Rosalía al Banco de Chile Stage fue memorable, deslumbrando por cuenta propia como con las visuales de las pantallas gigantes, o el cuerpo de baile que acompañó a la artista. Pero lo que más amamos de este concierto fueron los tiros de cámaras que aparecieron a lo largo de los minutos, ¡que cosa más buena! Y es que la influencia del cine en esta rutina tiene un rol bastante importante.
El show de Rosalía es todo lo que está bien. Viendo todo lo que ocurrió en el escenario, todos llegamos a la misma conclusión de que ella era realmente la que debería haber cerrado la segunda jornada del Lolla Chile 23, en desmedro de Drake.
Desde que se confirmó que Drake debutaría en el Lollapalooza Chile, las expectativas eran bastante altas con el show que podría dar el norteamericano en nuestro país; y es que, obviamente, tener a uno de los referentes del género por primera vez era un bonus tremendo. Pero la presentación comenzó a dejar dudas desde el día anterior, tras la considerable cantidad de comentarios negativos que llegaban desde Argentina, por el cuestionado show del personaje principal de la jornada.
El reloj ya marcaba las 21:30, pero no había rastros de Drake en el escenario, y los comentarios del país vecino comenzaban a tener más relevancia. Recién cuando se marcaban las 21:50, Drake daba inicio a su show con un cover de Travis Scott, 'Sicko Mode', con el que la gente recibió al artista entre gritos y saltos. Desde ese momento, comenzamos a ver como se venía la noche.
Y es que para el intérprete de 'God's Plan', todo parecía ser un mero trámite que quería terminarlo de la forma más expedita posible. ¿Por qué? Bueno, básicamente, porque todo el show de Drake se basó en cantar los coros de sus canciones, y pasar de forma rápida al siguiente tema que continuaba con la misma tónica, cosa que le habían valido las críticas desde el país vecino. Pero aquello al público nacional aún no le importaba mucho, de hecho, estaban tan extasiados que el show se interrumpió de imprevisto y tuvo que salir un hombre de la producción -que también estuvo en otros shows y se convirtió en un meme- para pedirle al respetable que dejaran de aplastarse hacia la reja, para que se corrieran hacia atrás.
El show siguió con aquel decepcionante esquema, que fue creando un efecto anticlimático, ya que la presentación no era más que un producto desechable, donde sólo se cantaban los coros para ser grabados y subidos a las redes sociales, conseguir unos cuantos likes y listo. Para más remate, Drake sólo estuvo 45 minutos en el estrado, desapareciendo tan fugazmente como lo fue su show. Dejando al público confundido, quienes debieron irse del escenario sin saber bien que había ocurrido.
Lo de Drake no es culpa de la producción que apostó por un nombre grande, la culpa es del mismo artista, quien bajo un ego tremendo, se nota que no preparó este show a conciencia y sólo se jugó la carta de que con su presencia bastaría para hacer un espectáculo demoledor, grueso error.
Fotos por Lotus / Lollapalooza Chile
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