Alex Anwandter se presentó en uno de sus lugares favoritos, Blondie, que se llenó hasta el sector de barras para corear una vez más los himnos de uno de los artistas más influyentes del pop nacional.
Reseña: Natalia Garcés
Fotografías: Kidanny Campos
No hay mejor manera de celebrar tres décadas de vida que con un show de Alex Anwandter, una verdadera joya de la música chilena que ha cautivado a audiencias de todo el mundo. La ocasión no pudo ser más especial, ya que Alex se presentó en un clásico recinto de la capital, marcando otro hito en su carrera. En esta mágica velada, el artista continuó deleitando a su público con las canciones de su último álbum, "El Diablo en el Cuerpo", que no solo ha ganado el corazón de sus seguidores, sino que también le ha valido nominaciones para los próximos Latin Grammys.
La cita estaba programada para las 21:30 horas, y el recinto se llenó hasta el último rincón. Los fanáticos, desde las cercanías de la barra hasta las primeras filas, ansiaban ser testigos de la actuación de uno de los músicos más emblemáticos del pop chileno de las últimas dos décadas. La fama de Alex Anwandter no se limita a Chile, ya que ha cosechado un merecido reconocimiento a nivel internacional, tanto como cantante talentoso como productor consumado.
Como es su costumbre, el espectáculo comenzó con un pequeño retraso de unos quince minutos, pero la espera solo aumentó la expectación. Las luces se atenuaron, los primeros acordes resonaron en el aire y una ola de emoción recorrió al público. En medio de la anticipación, Alex hizo su entrada al escenario, vestido con su clásica chaqueta y pantalones negros, un sello distintivo de sus actuaciones en vivo.
Aunque el espectáculo era en gran medida similar al que se pudo presenciar en sus recientes presentaciones de lanzamiento en el Caupolicán, Alex demostró una habilidad notable para mantener sus actuaciones frescas y cautivadoras. Siempre hay algo nuevo que descubrir en sus shows, y esto habla de su compromiso con la excelencia en el espectáculo en su conjunto.
Los himnos de Anwandter sonaron con una potencia renovada, y a pesar del calor que se hizo sentir a mitad del concierto, la audiencia no dejó de corear cada estrofa y de bailar sin cesar. Se estableció una conexión especial entre el público y el artista, especialmente cuando Alex declaró que Blondie es su lugar favorito para actuar debido a la intimidad que se siente entre el escenario y la audiencia.
Un aspecto destacable de esta noche fue la diversidad de estilos y edades presentes en la audiencia. Desde personas con una estética gótica hasta aquellos con guayaberas o el clásico atuendo rockero de negro, la música de Alex Anwandter atrae a un público variado en términos de edad y estilo. Desde jóvenes menores de 20 años hasta grupos de veinteañeros y adultos de más de 50, todos se unieron en una danza hipnótica al ritmo de las composiciones de Alex.
Fue una velada de música impecable, con un sonido cristalino que no defraudó. Alex irradiaba felicidad en el escenario, y el público le correspondió con cánticos y elogios a lo largo de todo el espectáculo. No es de extrañar, ya que estamos frente a uno de esos artistas que podrías ver en vivo cien veces y nunca te aburrirías. Alex Anwandter, un verdadero tesoro de la música chilena y un ícono que continúa brillando con intensidad a lo largo de las décadas.
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